viernes, 30 de noviembre de 2007

Caminando a solas


Voy caminando lentamente, pisando las hojas que la lluvia ha tirado de los árboles... Rojos, marrones y amarillos se confunden con la tierra mojada.

No es una lluvia fuerte... lo suficiente para no coger el paraguas y la necesaria para que se mezclen con mis lágrimas...


No quisiera pensar, pero los pensamientos se desbordan en mi mente haciéndome daño. Hay cosas que mi corto entender no comprende...

¿Cómo se puede pasar del calor al frío de repente?... ¿Cómo la abundancia se convierte en escasez?... ¿Cómo la luz del sol se va apagando quedando sólo el reflejo de la luna?... ¿Así?... ¿Sin más?... Tiene que haber una razón pero que se escapa a este pobre corazón confundido.

Sin explicaciones... Sin palabras... Así pasé del día a la noche. Del verano al invierno. De la ilusión al desencanto...

Meto mi mano en el bolsillo e intento buscar un pañuelo. Lo encuentro pero no lo saco. Lo aprieto entre mis dedos con desesperanza, con desilusión.

La soledad me abraza haciéndome daño y aquel camino que un día estuvo lleno de rosas de Siria, hoy lo han tapizado las hojas amarillas que cayeron.

Acaricio uno de los pequeños troncos y me digo en voz muy baja: ¡ Dios mío, cuanto puede pesar el alma! ...


Malena

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Encantada


Ayer por la tarde, decidimos mi marido y yo ir al cine, así que nos dispusimos ( reconozco que con gran generosidad por su parte ) a ir a ver la última producción de la factoría Disney : Encantada.

Yo sí que iba encantada aunque con aquella postura de falsa superioridad del adulto que va a ver una película de niños.

Sacamos las entradas y entramos rápidamente pues se nos hacía tarde. La sala, para ser un lunes estaba ¿Cómo diría yo? llenita, cosa que me sorprendió en una película de este tipo.

Se apagaron las luces, me quité el abrigo y me dispuse a " tragarme" toda la publicidad. Una detrás de otra hasta que pareció que empezaba la película. Sí, empezaba, pero aquellos soldados en una guerra no creo que tuvieran que ver mucho con lo que esperábamos ver.

Sale el título y ... ¡Nos habíamos equivocado de sala!. Abrigo, bolso y carreras hasta la sala correspondiente.

Ahora sí. Aquella sí que era. En fin, una anécdota más para contar. Mi marido me miraba como diciéndome: ¡En qué follones me metes!. Una sonrisa de disculpa de niña buena, y a "arrebujarme" en la butaca.

La película se llamaba "Encantada" y la verdad es que me encantó. Mezclando seres reales con los de cuentos. La forma en como interaccionaban los dos mundos... todo me encantó.

Ya sé que nada de aquello podía ser verdad, pero Malena se hizo una niña que creía a pies juntillas todo lo que estaba pasando.

Nada era imposible en esa historia y me sorprendí gratamente de que a estas alturas de la vida, todavía fuera capaz de creer en los cuentos.

De pensar que aún queda en mí un poco de inocencia que la vida no me ha arrebatado. Me hice la protagonista y canté y bailé con ella. Me olvidé de que estaba en un cine y soñaba con principes y me aterrorizaba la madrastra.

En una de las veces y como estaba cogida de la mano de mi marido, sé que le sonreí como diciéndole: Gracias por haber venido conmigo.


Terminó la película como deben de acabar los cuentos de hadas, y yo, le di gracias a Dios por permitir que a pesar de los coscorrones que me ha pegado la vida, siga teniendo todavía un rincón en mi corazón donde siguen existiendo los sueños y donde todavía creo que todo lo bueno puede ser posible.


Malena

lunes, 26 de noviembre de 2007

Hablándole al silencio.


Sé que todo el mundo piensa que sólo existe un silencio, el silencio. Pero permitidme que os diga que no comparto esa idea. Sé que al igual que existen el Yin y el Yang, también hay dos clases de silencio y si no es así, permitidme la licencia de que yo, al menos, así lo crea.

Hay un silencio que necesitamos a veces para nuestro equilibrio emocional. Un silencio que nos arropa y que puede servir de decorado para situaciones agradables, o simplemente para mecer nuestros pensamientos. Éste sería el silencio Yang.


Pero hay otro que nos puede crear
situaciones no placenteras. Que nos puede pesar como una losa y del que intentamos salir a toda costa.

Es a éste al que quiero hablar. Así, en primera persona. De tú a tú. Cómo a un viejo conocido. Le quiero hablar al Silencio.

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Sé que estás aquí. Por eso te pido que hablemos como dos amigos, si es que en realidad, alguna vez lo fuimos.

¿Cómo es posible que apagues las voces que claman, las voces que piden un refugio para sus almas, para sus sentimientos?

Te amparas en un mal entendido sentido del respeto. ¿Respeto es ignorar los sentimientos de los seres que te rodean?. No es respeto. Es levantar una muralla para que no se acerque a tí nadie, para que no rompan el reino que para tí creaste.

Callas el ruido del mar cuando apareces. Ni las aves, ni ningún ser viviente se atreve a alzarse en tu presencia.

Desprecias la debilidad del ser humano. Lo acallas y lo ignoras. Son voces que intentan alzarse hasta tí pidiendo que las escuches, que las comprendas, olvidando que tú reinas en el silencio.

Te aislas. En tu mundo no existen ni flores, ni pájaros, ni cometas. Y las estrellas están lejanas y para tí no brillaron en ningún momento.


No hay nada.Nada porque mataste cualquier atisbo de sentimientos. En tu reino, porque así lo quisiste, sólo reina... el silencio.


¿Dije para hablar contigo? ¡Qué ilusa!¿Cómo me va a contestar el silencio?


Malena

viernes, 23 de noviembre de 2007

Viejo amigo


Amaneció triste el día y el cielo se cubrió de nubes que derramaban sus lágrimas.

Lentamente... Pausadamente... En silencio... sin decir nada. Respetuosamente.

Y te ví como marchabas con la sonrisa en tus labios. Como siempre. Sin molestar. Levantando la mano diciendo adios y seguiste tu camino.

Un camino lleno de rosas, de dulces haikus y ternuras y un canto que la lluvia iba ensayando, pero que a tí, mi viejo amigo, ya no te mojaba.


In Memoriam






Malena

jueves, 22 de noviembre de 2007

El árbol de la luna llena (El viejo roble- 2ª parte)


Y de pronto se hizo el silencio. El viejo árbol dejó de bostezar e intentó ponerse erguido, pero sus raices ya estaban ocupadas por multitud de hadas que se habían aposentado en ellas como si fuesen el más cómodo asiento.


El viejo árbol se puso a escuchar. Durante su larga vida había asistido como oyente de excepción a todas las reuniones de aquellos pequeños seres.

Él también fue un joven árbol con fuertes ramas, de las que salían con frondosidad bellas hojas que lo hacían sentir seguro de sí mismo.

Y como joven aprendió a soñar. No sabía bien cierto con que soñaba, ni con quien, pero sabía que su joven corazón hecho con una mezcla de madera, savia y clorofila,latía a veces apresuradamente, esperando que le sucediera algo que justificara su excitación.

Y un día pasó. La noche fue extendiendo su manto para que se pudieran acomodar las estrellas y como una esfera redonda y plateada fue aposentandose una hermosa luna llena.

Un murmullo suave como de batir de alas se adueñó del claro del bosque donde habitaba el joven árbol, y pequeñas luciérnagas lo iluminaron.

Sorprendido y excitado, abrió la boca, cuando sobre sus hojas empezaron a posarse y a columpiarse pequeñas hadas de diferentes colores.

Hablaban, reían y volaban alrededor de él. Todas no. Todas menos una que se quedó sentada en una rama muy cerca de él. Le miraba, le sonreía y con sus pequeñas manos acarició aquel tronco que se estremeció por primera vez.

No hubieron palabras . Sólo una sensación de paz y alegría, llenó aquel corazón de madera, que se rindió ante aquella diminuta forma que le contemplaba, con la más tierna mirada que pudiera haber imaginado alguna vez.

Comenzó la reunión y también acabó. La luna se fue retirando y el sonido del batir de alas fue perdiendo intensidad hasta desaparecer.

El árbol cerró los ojos. Se abrazó con sus ramas y suspiró profundamente. En sus retinas había quedado la pequeña imagen de un hada que le había acariciado y que año tras año, en las noches de luna llena, aparecia para amarlo otra vez.


Malena

martes, 20 de noviembre de 2007

Noche en la Alhambra


La noche está estrellada y huele a jazmín en los jardines de la Alhambra. Se oye a lo lejos el rasgueo de una guitarra que llena la noche.

Notas que aman y lloran. Notas que se van deslizando suavemente por los salones árabes, acariciando a cada una de las columnas. Llegando hasta el Patio de los Leones y mezclándose con el agua que cae de las fuentes.

Noche de encanto que hace revivir mil historias que allí sucedieron y que se repiten cada noche en sus salones vacios.

De pronto, una voz se une a la guitarra. Una voz quebrada por el sentimiento que se mezcla con los jazmines y azahares.


En uno de los jardines, se va divisando una figura. Una sombra de mujer a la que sólo le alumbra la luna. Vestido negro largo con volantes, que acarician sus pies.


Claveles rojos en el pelo y un mantón que juega con sus brazos desnudos. Brazos que va elevando al compás de la voz y de la música que el aire le trae.

Sus pies inician un suave taconeo y su cuerpo se va cimbreando mientras sus manos parecen querer coger la luna.


Junco que se dobla, que se yergue, que domina, que acaricia y que llora.


Guitarra, cante y baile se han unido.


En la noche mágica y estrellada de Andalucía... se oye una zambra.



Malena

domingo, 18 de noviembre de 2007

Alas heridas


Hace muchos años, que oí en boca de mis padres una canción que se me quedó grabada en la memoria porque imaginé palabra por palabra lo que decían aquellas notas.

Más o menos era así: "La paloma que en sus alas lleva la señal del plomo que la hirió, muestra al aire su tristeza y su dolor".

No puedo evitar cada vez que la recuerdo, sentir una gran congoja en mi alma. ¿Quién no se ha sentido alguna vez como esa paloma? ¿Quién no ha seguido a pesar de la herida, volando?

Volando, pero esperando que unas manos la tomen y con caricias y con cariño le curen las heridas.

No me pregunteis el por qué, pero hoy me siento yo como esa paloma y necesito que unas manos me tomen parando ese vuelo desorientado y me digan: Malena, ven aquí corazón, que nadie te hará daño.


Malena

sábado, 17 de noviembre de 2007

Una noche movidita


Como le he dicho a Durrell (ver enlaces) me estoy trayendo todos los posts que tenía en Terra porque los estoy perdiendo y aparte están confundiendo las fotos.

De tal manera que tengo problemas de personalidad, ya que en un post que ponía: "Malena. Esa soy yo", pues me han puesto una foto del Barça y yo pienso: ¿Soy yo o soy Ronaldinho? Ante esta disyuntiva, me traigo a blogspot lo publicado.

Mi equilibrio emocional está en juego :)


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Os juro que tenía sueño, que tenía ganas de dormir y después de dar un par de cabezadas en el sofá, me levanté, cogí mi mp3 y me fui decidida al dormitorio para caer en brazos de Morfeo.

Antes, el ritual de cada noche. Busco a Wiper y le digo: Wiper, ¡Vámonos a dormir! y él muy obediente, me sigue. Se pone encima de su alfombrilla y ...¡A dormir!.

Secuencia segunda.- Apago la luz y voy notando como va llegando ese no saber si escuchas música o ya has dejado de escucharla.¡Oh...¡que bien!

Pero iba a ser que no. Oigo voces fuera de mi mp3 y escucho la voz de mi marido diciendo:¡Wiper, no ronques!,¡Será posible!.

El encanto se rompió ,y yo como tantas otras veces, saqué mi pierna izquierda y le dí unos cuantos toques, supongo que en la cabeza, que hizo que parase durante unos cuantos segundos.

Otra vez la voz desesperada que dice:¡ Al final lo echaré a la cocina!, y yo, otra vez, reflexología podal con el perro.

Bueno, parece que se había cansado de roncar y entonces, ataqué el "Canon de Pachelbel", ideal para hacer las paces con el sueño.


¿Qué he dicho?.¿Hacer las paces?.No. Ahora el que roncaba era mi marido y a él ya le tengo cogido el punto: le cierro la boca con fuerza y entonces se despierta y pregunta:¿Qué pasa?,¿Qué pasa? y yo le contesto con voz no precisamente angelical:¡Pués que ahora el que ronca eres tú!.


Vale, continuamos para bingo. Silencio en la casa.¿Silencio?.Oigo ruidos en el salón. No se vé ninguna luz encendida pero yo oigo ruidos. Me pongo alerta pero al instante, la detective Malena ha averiguado la procedencia.

Suena la tapa de una caja de lata muy mona en la que guardo pastas.¡El que faltaba!. El único hijo que todavía no se ha emancipado(bueno,sólo tengo dos), se ha levantado sigilosamente, a oscuras y ha pensado que la madrugada es el mejor momento para atacar la caja de los dulces.

Yo podía haber dicho en voz alta para que me oyera:¿Quién anda ahí?.Pero le hubiera fastidiado la emoción de comerse una buena pasta cuando "nadie" lo podía descubrir.

Ya preferí no mirar la hora, pero me metí en la cama con mi "Canon de Pachelbel" acompañada del sonido de alta fidelidad de los ronquidos de Wiper y mi marido.

¡Ay,Señor,Señor!,menos mal que esto no pasa todas las noches.

Malena




Del blog antiguo

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Aprendiendo con Jorge Luis Borges


Ayer recibí un pps que es una preciosidad. Basado en un texto de Jorge Luis Borges y teniendo de fondo la obra pictórica de Van Gogh y el acompañamiento musical del gran músico argentino Astor Piazzolla es un deleite para los sentidos.

Del autor del pps no dice nada y es un fallo porque se debería de saber quién ha hecho semejante trabajo.

He decidido colgarlo por lo menos para poder compartir con vosotros el texto de Borges y la Balada del loco de Astor Piazzolla.Disfrutadlo


Malena

APRENDIENDO

"Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado, hasta el calor del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira, pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

Desafortunadamente, sólo se aprende con el tiempo".


Jorge Luis Borges

Buenos Aires 24/8/1899

Ginebra 14/6/1986

martes, 13 de noviembre de 2007

Serena


Que nada me pertenezca

Sólo la paz del corazón

y el frescor del aire



Kobayashi Issa ( 1763-1827)
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No pensaba hacerlo, pero he dejado libertad a mis pies y me han traido hasta el puente. Doy gracias al cielo por ese sol que me está iluminando y por esos pájaros que oigo cantar.

Revolotean por encima de las ramas de esos cerezos que me saludan, meciéndose armoniosamente, hacia un lado y hacia otro como en un baile ritual.

Hoy me he dado licencia para no dirigir mis pensamientos. Quiero que en este día, la sensación de libertad entre en mí. Me dejo mecer por el viento como un bebé en su cuna.

Siento dentro de mí una plenitud que no puedo explicar y que me hace feliz. Cierro los ojos y viene hacia mí el leve ruido del vuelo de las mariposas sobre las campanas del templo. Pensar en él, eleva mi espíritu y mi alma me traslada allí.

Me invade el silencio y el recogimiento de las personas que oran en busca de consuelo. Cientos de cintas prestan sus respetos a Buda y el susurro de las voces orando, hacen estremecer mi corazón.

Abro mis ojos y abro mi sombrilla. Una mariposa se ha posado sobre ella. La miro y pienso si no la habré hecho venir con mi imaginación desde el templo.


Le tiendo suavemente mi mano. Se posa en ella para a continuación echarse a volar.

La veo alejarse en el aire.Mi alma ha quedado serena.


Malena

domingo, 11 de noviembre de 2007

Confesiones en la playa


Ven. Vamos a aprovechar este otoñal día de playa y pongámonos como cuando éramos jovencillas: en la arena, tu espalda contra la mía. Mirando hacia sitios opuestos pero compartiendo los más sinceros sentimientos, nuestros entonces "grandes" problemas.

Problemas que desaparecían después de esas confesiones y juntas nos íbamos a comernos el mundo.

Mi gran amiga. Mi hermanita. Hemos estado muchos años sin vernos, sin saber la una de la otra y ahora el destino nos ha regalado el volvernos a encontrar.

Nuestros corazones siguen como en la adolescencia y no nos hemos extrañado.

Ha sido como las palabras de Fray Luis de León: "Decíamos ayer". Sí, decíamos ayer, después de treinta años, y tus brazos y los míos se abrieron y se fundieron en un abrazo nervioso para mirarnos fijamente nuestros rostros, para intentar adivinar como habían sido esos años. Para observar si la vida había dejado surcos en nuestras almas.

Por eso ahora, hemos ido como antiguamente a la playa y bajo esos rayos de sol del mes de Noviembre, tu espalda contra mi espalda y nuestros corazones también, como antiguamente, se han puesto a confesarse.

¡Qué distinta la vida de como la imaginábamos! ¿Verdad? No todo eran alegrías. Nadie nos habló de que también existían penas y a base de sacar fuerzas las tuvimos que superar.

Que los padres no son para siempre. Que encuentras durante ese recorrido a muchas personas. Unas te harán bien y otras te manipularán. Que la manipulación hace daño pero que afortunadamente, hemos encontrado unas manos fuertes a las que nos hemos cogido para compartir el camino de la vida.

Que maduras. Que tienes miles de vivencias, unas agradables y otras no. Que te conviertes en madre y vives para esos hijos. Y que das la vida por ellos. Y que del aprendizaje que les das, unos aprueban la asignatura y a otros les cuesta más.

Quédate así, en esa postura porque así podrán salir mis lágrimas. Las lágrimas que sólo puedes derramar junto a una amiga. Lágrimas de niña que se asustó y lágrimas de mujer que se ha enfrentado a la vida.

Seguimos recibiendo golpes y alegrías pero somos más fuertes y en nuestro corazón siguen vivos la esperanza, los sueños y la alegría de vivir.

Gracias mi hermanita por estar ahí. Por saber escuchar en silencio y comprenderme. Por saber que los años no han podido con nuestra amistad y que al mirarnos, seguimos sabiendo que podemos contar la una con la otra.

Un beso muy grande.



Malena

viernes, 9 de noviembre de 2007

Amantes


Te veo cada día y cada día estás distinta. Calmada, agresiva, dulce, coqueta. Y yo te observo y mudo no puedo decirte nada. Coqueta me abrazas sin saber que mi corazón por tí late. Enamorado callado pero loco por poseerte.

Te elevas y me tocas, indiferente a lo que provocas y yo, enamorado, privado del don de la palabra, voy desgranando en silencio, mi letanía de requiebros, mi letanía de lamentos.

Te enfadas, te agitas y hasta mi llegan tus improperios, pero sigo callado y soporto tu lucha hasta que calmada dejas de golpearme.

Pero yo sigo amándote día tras día, mendigando un poco de tus caricias. Callado, mudo, enamorado sin esperanzas, sabiendo que te amo cuando subes, cuando bajas.

Yo por fuera impasible, por dentro, volcán de fuego.

Y siempre esperando la noche, mi momento de gloria, cuando dormida a mis pies, yo puedo con mi luz acariciarte, porque yo soy el faro y tú, la mar, mi amante.

Malena


( Del antiguo blog)

martes, 6 de noviembre de 2007

La vida a veces nos besa en la boca.


El otro día leí una frase en una canción de Serrat, que me impactó. No por la trascendencia de la misma, sino porque no la había oído nunca y era realmente bella: " La vida a veces, sólo a veces, te besa en la boca".

Sí que es verdad, es muy acertada porque ¿hay algo realmente más bello que un beso de la persona que amas?

La vida te besa en la boca... y la repito una y otra vez mientras intento recordar cuantas veces lo ha hecho conmigo. No es necesario que hayan sido momentos espectaculares. Hay veces que son momentos sencillos pero que han llenado tu alma, y que incluso, han tenido para el que los ha vivido, una música de fondo.

¿Cuántos momentos han habido en nuestra vida en los que has pensado que sólo les faltaba esa música que en las películas acompaña a los momentos trascendentales?. Son como las canciones a las que acompaña un video-clip para hacértela más fácil de entender.

Yo prefiero cuando escucho mi música, hacerme mentalmente mi propio video-clip.

Confeccionarme esa historia a través de los sentimientos que me inspira.

Te relajas, cierras los ojos y escuchas por ejemplo a Mascagni en " La caballería rusticana".

Puedo cambiar la historia dependiendo de mi estado de ánimo, pero empezaré por un cielo sorprendentemente azul y una estampa de una llanura sembrada de trigo, mientras la brisa va haciendo bailar dulcemente a unas espigas que son el reflejo de un sol dorado y radiante. Y a la vez oigo el ruido acompasado de unos cascos de caballos trotando por la llanura.


Esa conjunción de la brisa con el movimiento dulce de las espigas y el sonido monocorde de los cascos de los caballos, te hace sentir recogido y con una sensación de plenitud.


Hay momentos, en los que la música va in crescendo, más y más, y te va enervando hasta que culmina abriendo mentalmente los brazos como para intentar abrazar entre ellos todas esas imágenes.

Y es que la vida, aparte de estar formada por una sucesión ininterrumpida de video-clips, hay veces, sólo algunas veces, que te besa en la boca.


Malena

domingo, 4 de noviembre de 2007

Llegando la noche. ( El viejo roble)


Hace tiempo que empezaron a tomar vida en mi mente extraños personajes. No extraños en cuanto a su apariencia, sino porque pertenecían a un mundo de fantasía en el que sólo allá cobraban vida.

Fueron empujándose poco a poco hasta tomar posiciones y demandándome con exigencias su necesidad de salir a la luz.Sus argumentos me parecieron muy válidos y les prometí que a medida que yo pudiera les daría salida.

En el antiguo blog ya salieron a conocer mundo y se acostumbraron a él de tal manera, que siguen pidiéndome y pidiéndome más salidas.

Os los presentaré de la forma que se debe hacer. No con exigencias como hicieron ellos, sino suavemente, para que se acostumbren a que saldrán cuando puedan, no cuando quieran.

Os los presento en esta introducción a la que con su permiso (y han estado de acuerdo), le he puesto el nombre de :

Llegando la noche.(Introducción), aunque el título general que es el compendio de estos relatos es: "El viejo roble"
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"Va cayendo lentamente la tarde y el sol indolente, lanza sus débiles rayos a través de los árboles del bosque, dando un color rojizo a las hojas que se mecen al compás del viento.

La noche tímidamente empieza a hacer su aparición y el encargado de encender las estrellas, ha empezado ya con su cotidiano trabajo.

Toma una nube en la mano y con ella les va sacando brillo una por una. Las quiere. Las mima. Y ellas con un guiño le agradecen su esmero. ¡Son tan coquetas!

Mientras, allá abajo, en aquel claro del bosque, la luna ilumina al viejo árbol que extiende perezosamente sus ramas, mientras abre la boca en un bostezo, para a continuación exhalar un suspiro.

Es noche de luna llena. Noche de ritual. Noche de ceremonias. Noche de hadas.

Se acerca el momento. La noche se llena de suaves sonidos que acarician el alma. Todo es paz. Todo es calma. Rumor suave de alas se oyen en el aire.

Pequeñas luces van bajando. Distintos colores que van iluminando el claro del bosque y toman forma humana. La última en llegar, la que trae el color verde, verde como el mar, verde como la esperanza. El viejo árbol bosteza. Paz. Calma. Es la noche de las hadas..."



Malena